El balance judicial de la corrupción en España -1.700 causas
abiertas, 500 imputados y sólo 20 penados – viene a confirmar que el
talego es un club muy elitista que tiene reservado el derecho de
admisión a los políticos y a sus contratistas, y si algunos logran pasar
es únicamente porque se ponen pesadísimos. Para hacernos una idea, es
más fácil que un tipo con calcetines blancos entre en una discoteca
megapija que un servidor público acabe entre rejas. Con eso, está dicho
casi todo.
Por el número de procedimientos abiertos podría deducirse que la
corrupción está muy perseguida, pero es evidente que los implicados
corren más y durante mucho tiempo. No hay proceso por cohecho,
malversación o tráfico de influencias que no dure una década como poco,
lo cual es una bendición para los abogados defensores, que suelen ser
los únicos que recuperan en su cuentas corrientes una parte de lo
robado. Así es como cobra fuerza la idea de que la Justicia funciona
divinamente pero sólo con los pringaos de calcetines blancos.