Mientras media España se solazaba haciendo chistes sobre la relaxing
cup of café con leche por la que hemos pagado millones al típico
gurújeta de la comunicación, el Gobierno ha aprobado discretamente, como
le gusta, su anteproyecto para la enésima reforma de las pensiones.
Mientras Artur Mas y Mariano Rajoy nos hacían el teatrillo de las
ofensas y las cartitas como si España fuera un capítulo de La Regenta,
sin apenas ruido y sin que nos lo contaran mucho, el ejecutivo ha metido
el turbo para acabar con el sistema público de pensiones.
No le llamen reforma, llámenle timo. Es el timo de la estampita.
Nosotros entregamos cotizaciones y dinero de verdad y ellos nos
devuelven estampitas haciéndose los tontos. Todo cuanto nos han contado
todos los gobiernos hasta ahora sobre las pensiones o era solo media
verdad, o estaba manipulado, o era mentira. Una detrás de otra.