26 feb 2017

Alta traición; La corrupción nos cuesta 87.000 millones de € al año

La corrupción política que, evidentemente, también tiene su coste para las arcas del Estado. Según varios estudios independientes la corrupción política le cuesta a los españoles 87.000 millones de euros al año. Precisamente, en esa corrupción también están metidos interpretando el papel del corruptor parte de esas élites empresariales que ya defraudan al Estado gracias a su ingeniería fiscal o a su movimiento de capitales hacia paraísos fiscales o hacia otros países que tienen unas tasas impositivas más laxas dentro de la propia Unión Europea (Luxemburgo o Irlanda, por ejemplo).

Las cifras son escandalosas, a la vez que desalentadoras. Sólo con lo que las grandes fortunas y las grandes empresas defraudan al Estado español se podría sostener el Sistema de Pensiones y garantizarse una Sanidad de calidad a todos los ciudadanos. Si a esto le sumamos los costes de la corrupción tendríamos que cada año los españoles sufrimos recortes porque unos pocos se aprovechan de su poderío económico, de su acceso a las redes de poder y de su influencia para no aportar lo que les corresponde para sostener algo tan básico y fundamental en una democracia como es el Estado del Bienestar.

¿Qué mayor traición hay hacia el Reino de España que la de provocar la caída de uno de los cimientos sobre los que se asienta cualquier Estado democrático? Por eso los delitos cometidos contra la Hacienda Pública deberían ser incluidos dentro de ese Título XXIII del Código Penal por el daño que causan a quien es depositario de la Soberanía Nacional. Quienes defraudan están cometiendo un delito que bien podría ser de alta traición contra el pueblo español.

Los últimos miembros del Opus ejercen de lobby en las estructuras capitales del Estado

Cierre los ojos. Ahora piense en mujeres y hombres poderosos. Sobre todo hombres. Vuelva a abrirlos. Probablemente, entre los rostros que han desfilado por su cabeza haya al menos uno del Opus Dei. La mayoría no lo dice públicamente. No por vergüenza, sino por orden sagrada.

Si bien la red continúa activa, el lobby opusino enfrenta ahora un problema biológico: sus integrantes se van haciendo mayores y no se observa una clara línea de renovación. “Ya no entra gente, y la que entra no dura”, señala desde Vitoria Carmen Charo. “Tienen poder, pero han perdido masa -añade Azanza-. En todas las ciudades españolas, tanto en capitales como en otras ciudades medianas, conservan sus colegios, pero hay que tener en cuenta que España ya no es la que era: ese integrismo y fanatismo ya no es tan importante entre la gente”. Charo apunta en el mismo sentido: “A nivel espiritual -sostiene- son medievales”. Influyentes, pero medievales.

21 feb 2017

PERCEPCIONES SOBRE EL CAMBIO CLÍMATICO

Para explicar este conflicto, “profundamente desigual y prolongado”, señala Fuhem, hay que recurrir a conceptos como la justicia ambiental, la deuda y la huella ecológica o los comunes globales. Estas nociones brillan por su ausencia en el espacio público y en los debates políticos. 




“Hay quien ni siquiera ve el cambio climático como una amenaza real a su negocio, sino, más bien, nuevas oportunidades para seguir cosechando beneficios”, señala Santiago Álvarez, director de Fuhem Ecosocial en la Introducción del nuevo número de la revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, titulada “Percepciones sobre el cambio climático”.


A pesar de que para mantener el calentamiento global por debajo de los 2º C, tal y como fijó el Acuerdo de París en 2015, habría que renunciar a quemar el 80% de las reservas conocidas de carbón, el 50% de las de petróleo y el 30% de las de gas, el cambio climático continúa sin ser una prioridad para la sociedad española, que si bien muestra un amplio apoyo a las iniciativas orientadas al ahorro, la eficiencia y la adaptación, hasta un 47% considera que “deberíamos ocuparnos de problemas más importantes”. 



“No hemos sido capaces de entender la urgencia del problema; por este motivo no lo valoramos como prioritario”, señalan los educadores ambientales Francisco Heras y Pablo A. Meira, entre algunas de las explicaciones a su falta de relevancia.


Bajo el título “Terminar la ESO sin conocer el cambio climático”, María González Reyes, profesora de secundaria en Fuhem, lamenta que predomine una escuela construida de espaldas a la sostenibilidad: “La escuela aparta las propuestas educativas que están más cerca de la tierra, de la comunidad y del mantenimiento de la vida”. 



La propia estructura de la escuela concebida con muros altos, puertas cerradas con llave y segregación por edades e incluso en muchas ocasiones, por clases sociales, conduce a una educación encaminada a la insostenibilidad. 

“Se puede obtener el título de la ESO sin haber hablado nunca de los humanos como seres ecodependientes e interdependientes, sobre las vidas del otro lado de las fronteras, las muertes que se esconden bajo los escombros de las maquiladoras, sin conocer las luchas de comunidades que logran detener la construcción de una mina en su territorio o la privatización del agua”, señala la autora. 

En este sentido, ni los contenidos curriculares ni las metodologías son neutros. María González Reyes propone herramientas de cambio.



16 feb 2017

Cómo nos engañan antes de cada guerra. (Decálogo de Pedagogía Política Pre-bélica)

Estados Unidos y la Unión Europea, con la inestimable ayuda y respaldo de la OTAN se han vuelto expertos en desencadenar nuevos tipos de contiendas; instigan y provocan lo que se vienen llamando revoluciones populares, claro está, en países perfectamente escogidos para sus propios intereses, y con dicha justificación, se lanzan a la conquista del universo, como patrocinadores (encima) de los derechos humanos.


Para ello, en perfecta sincronización con diferentes grupos sociales u organizaciones propias, exportadoras de la democracia y no gubernamentales que dicen trabajar por los derechos humanos, activan movimientos para encender la mecha. La mecha acaba convirtiéndose en grupos terroristas dirigidos a derrocar a los presidentes que Estados Unidos tiene en su particular agenda. No se trata de eliminar a los dictadores porque éstos reprimen a su pueblo, tan solo se trata de esbozar una imagen siniestra del jefe de estado hostil para los intereses norteamericanos, y se va preparando el terreno para la invasión.

Esta forma de actuar es letal porque es sencilla y está perfectamente ejecutada. Primero, se dinamita el gobierno. Sin gobierno no hay ejército. Y sin ejército se crea el caos, que es el mejor terreno para sus intereses, que no son sino pescar en río revuelto.

Paralelamente, entran en juego dos operaciones sin las cuales no habría probabilidad de éxito. Por un lado están los personajes utilizados para ejercer de mandatarios, de líderes, de empresarios o de políticos que tienen asignadas las tareas a realizar. Estos sujetos, normalmente están en conexión directa o guardan relación con entidades o asociaciones que tienen un control exhaustivo de lo que está sucediendo en nuestro particular mundo.

Por otro, están los denodados periodistas en nómina y tertulianos...

Las cosas así, tenemos completado el mecanismo de destrucción masivo más sofisticado de este nuevo siglo. Pero para que no quede mucha duda al respecto y para contribuir a la pedagogía política, vamos a enumerar con precisión cómo se establece el calendario de lo que podríamos llamar “invasiones de guante blanco”.

12 feb 2017

Hans Rosling, pionero en la lucha contra la postverdad

A Rosling no le gustaban los debates. Prefería mostrar los datos con la sana esperanza de que su mera presentación de manera comprensible y atractiva bastaría para informar a la opinión pública y callar así a más de un charlatán. Vano intento, como nos ha demostrado la realidad, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver, y la mentira campa por sus anchas sin el menor pudor, negando la evidencia empírica o directamente inventando una realidad paralela.


Para aquellos que siguen creyendo que la información estadística ayuda a comprender el mundo y a enriquecer nuestra concepción sobre el mismo, la muerte de Rosling supone la pérdida de un referente. En estos tiempos en los que todo se mezcla hasta generar una nube incomprensible de ruido, Rosling nos enseñó a buscar la señal para interpretar adecuadamente la realidad.

Nos queda, pues, su contribución, un sueño de un mundo basado en datos y en su divulgación asequible y atractiva para el gran público. Sin él estaríamos hoy más indefensos frente al oscurantismo y el fraude intelectual y político. Convendrá, en aras de preservar una mínima decencia en los discursos y debates públicos, hacerse cargo de su legado, hacerlo evolucionar y crecer. Con Rosling, los defensores de la evidencia como método para interpretar y actuar en la realidad, han perdido a uno de sus principales espadas. Su contribución debería permanecer, por mucho que le pese a muchos interesados en hacer desaparecer la palabra “verdad” de sus particulares diccionarios.

Científicos de todo el mundo reivindican la importancia de los hechos frente a la posverdad

  • Cientos de ciudades, entre ellas varias españolas, se unen a la gran Marcha por la Ciencia que se celebrará en Washington el próximo sábado
  • "Estamos sustituyendo el conocimiento por interpretaciones alternativas de la realidad y se está generando una especie de exaltación de la ignorancia", explica la investigadora Mara Dierssen
  • "Las decisiones democráticas deben basarse en el mejor conocimiento que dispongamos", explica el portavoz de la manifestación de Madrid

3 feb 2017

El autoconsumo en la era de la posverdad

Desafortunadamente, en el debate político de los últimos tiempos se ha puesto de moda definir esta época como la era de la posverdad. Intentar construir con el lenguaje político mentiras que suenen a verdad es seguramente tan viejo como el arte de la política, pero recientemente estamos observando unos ejercicios de construcción de realidades paralelas sin ninguna correspondencia con la realidad empírica que va mas allá de lo que estábamos acostumbrados.

En contra de lo que suelen afirmar los detractores del autoconsumo, el autoconsumidor sí sigue pagando el sistema en la misma medida que cualquier otro ciudadano o empresa que lo utiliza. El término de potencia de la factura permanece inalterable, el autoconsumidor no puede reducirla debido a la variabilidad del recurso solar, y el término variable en función de la energía que usa de la red. Con la parte fija de la tarifa se pagan el 70% de los cargos y peajes. Del 30% restante que es la parte variable, los autoconsumidores solo dejarían de pagar la parte proporcional de los cargos de la energía que no consumen del sistema. Como cualquier otro ciudadano que redujera su consumo eléctrico.

Por todo ello, la proposición de ley de autoconsumo presentada recientemente en el Parlamento español, intentando restablecer los derechos ciudadanos y el sentido común en la normativa al respecto, es una normativa progresiva que beneficia al conjunto de los consumidores económica y ambientalmente. Esta es la realidad real, no la paralela que se quiere construir.