22 sept 2020

Crítica de 'Capitalismo canalla': Todo era mentira


Como consecuencia de esa falta de superación, el sustento material de los ciudadanos y la organización social que surge (con dos guerras mundiales de por medio) siguen basándose en tratar de obtener ventaja de los demás. 
Este es el secreto desvelado: en los mercados de trabajo, inmobiliarios, alimentos, transportes, culturales, energéticos…, cada uno de nosotros, cada mañana, al salir de casa, nos enfrentamos a otras personas muy parecidas, a las que tratamos de vencer en una sucesión sin fin de desafíos económicos: vendo caro, compro barato (lo que antes se denominaba la explotación del hombre por el hombre), en el mayor número de áreas de la vida social. 
En sus diferentes fases, ese capitalismo ha demostrado tener efectos carcinógenos sobre el tejido comunitario y ha dejado tras de sí a millones de personas que no han podido resistir su dinámica. 
El capitalismo se nos metió en el cuerpo como una enfermedad infecciosa y nos lo llevamos encima a nuestra casa y a nuestro lugar de trabajo.

21 sept 2020

¿Ha llegado el nuevo capitalismo demasiado lejos? Incluso el Financial Times cree que sí

Tanto la carta del editor como la columna del editor jefe del Financial Times son devastadoras. En esta última, Por qué el capitalismo amañado está dañando a la democracia liberal (versión en inglés y gratuita aún disponible aquí) Martin Wolf suelta un análisis económico que encajaría perfectamente con los prefectos de un Thomas Piketty, un Noam Chomsky o un Yanis Varoufakis.


El capitalismo es tan feroz como pensabas. La crónica de Wolf dice así: sí, hoy en día los ricos son mucho más ricos y los pobres y la clase media más pobres. Sí, las evidencias muestran que desde los 80 el incremento de la productividad por empleado no ha ido parejo a un crecimiento de las economías domésticas. No, los estudios demuestran que la culpa no es de la globalización y deslocalización de empresas, y tampoco de los inmigrantes que vienen a buscar trabajo, aunque las élites económicas han fomentado la creación de líderes políticos populistas que defienden estas premisas. 

El verdadero problema es que los ricos son ya élites rentistas extractivas que no ayudan a la recirculación del capital y absorben más valor del que generan. Hay demasiados agujeros legales para desviar fondos, demasiados lobbys que les ayudan y una tendencia al oligopolio y monopolio sin necesarios correctores. La mayoría de economías desarrolladas hoy son más parecidas al modelo de clases económicas latinoamericanas que tan terribles nos parecían antes. Para proteger el verdadero capitalismo, un sistema en el que siguen creyendo, hacen falta profundos cambios sistémicos.

“El especial climático”: The Economist, el otro sacrosanto diario económico liberal, tampoco da tregua a las clases altas. Su último ejemplar está dedicado a la crisis climática. Sus temas y enfoques son relevantes porque siguen la misma estela de los diarios izquierdistas o socialdemócratas, que tradicionalmente apoyan una mayor regulación de sectores privados y estratégicos para paliar los efectos adversos de su actividad en el medio ambiente, aunque eso pueda ir en contra de los beneficios empresariales.

Recordaba Ricardo Rudda unas interesantes palabras de Piketty: 
Desde los años setenta y ochenta, el voto de “izquierdas” se ha ido asociando gradualmente a los votantes con educación superior, lo que ha dado lugar a lo que denomino un sistema de partidos “de élites múltiples” en las décadas de 2000 y 2010: las élites con educación superior votan a la “izquierda”, mientras que las élites con altos ingresos/alta riqueza todavía votan a la “derecha” (aunque cada vez menos). Así, la “izquierda” se ha convertido en la élite intelectual (izquierda brahmán), mientras que la “derecha” puede verse como el partido de las élites empresariales (la derecha comerciante). 

Bajo esa prisma, la élite del FT es culta (¿pero no rica?), y por eso entienden que la solución pasa por medidas de izquierda. Al otro lado, las élites ricas (¿pero incultas?) serían las que siguen apoyando el sistema actual.

18 sept 2020

El efecto Decoy, o cómo las marcas manipulan tu mente para que compres lo que ellas quieren

El dilema. Lo ilustra este magnífico artículo
de The Conversation. Imagina que quieres comprar una batidora. Tienes dos opciones: la primera, más barata (89€), ofrece hasta cinco accesorios y 900W de potencia. La segunda, más cara (149€), incluye doce piezas distintas y 1.200W de potencia. Es posible que sintamos la tentación de acudir a la más simple y económica. La segunda, al fin y al cabo, sólo es un 35% más potente, pero un 70% más cara. Las cuentas no se resuelven en su favor.

Los señuelos. Ahora imagina que quieres vender una batidora. Y quieres que tus potenciales clientes opten por la versión más cara (y más rentable para tu balance de cuentas). ¿Qué haces? Introduces un señuelo ("decoy" en inglés), una gama media que sesgue la mente del consumidor para decantar su decisión final en favor del producto más grande y exigente. Bienvenido a la batidora de 1.000W y nueve accesorios por 125€.

¿Qué sucede? Que por 36€ más tienes casi el doble de piezas, pero por sólo 24€ llegas a la gama más alta. Los saltos de precio cada vez son menores, pero desbloquean más ventajas. Una ganga en comparación.

Los señuelos introducen un escalón entre la opción más simple y la más compleja (barata y cara), las aproximan. Hacen que la distancia que las separa parezca menor, y decantan la balanza en favor de las más caras. En la mayoría de las ocasiones, la opción intermedia será (por poner un ejemplo) 1€ más cara que la baja, pero sólo 0,4€ más barata que la alta. No quieres el producto más simple, pero tampoco te quieres quedar con uno intermedio que ofrece menos por más.

5 sept 2020

La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación

Hace unas décadas creíamos que la ignorancia de la población se debía a la falta de información. Bajo el lema “la información es poder” considerabamos que cuanto más informado uno estuviera, mayores eran las posibilidades de auto-emanciparse.

Pero hoy vemos cuán equivocados estábamos, Resulta que el hecho de estar informándonos permanentemente es lo que dificulta el pensamiento. Esto se da porque la información que nos llega es efímera y es solapada rápidamente por otra, que nos hace olvidar de inmediato las noticias importantes e indagar sobre el fondo de la cuestión.

La relevancia de los instrumentos de comunicación como mediadores de la “realidad”, ha generado un efecto de sumisión en la población, internalización del poder y la incapacidad, de concebir alternativas a los criterios impuestos por el sistema de dominación vigente.

Una de las claves más importantes para la progresiva idiotización y “adormecimiento” de la sociedad es el entretenimiento vacío. Las noticias de suma relevancia donde se juega el futuro de la sociedad, son transmitidos de puntillas por los medios; por el contrario, se procede a crear un debate ficticio de noticias sin importancia para manipular a los usuarios y que estos se enfrenten creyendo estar en posesión de la verdad absoluta, cuando no son más que peones del sistema.

El objetivo del entretenimiento vacío es abotagar nuestra sensibilidad social y mantenernos dormidos, volviéndonos incapaces de pensar, reflexionar e investigar, para poder alcanzar una conciencia critica de la realidad.