“Igual que en América [por EEUU] al comienzo del siglo XX (…) Se ha
puesto en marcha una revolución para salvar el capitalismo de los
propios capitalistas”, asegura el prestigioso –y todavía más
conservador– semanario The Economist en su cover story titulada The new age of crony capitalism,
calificativo este último que aunque suele traducirse en español por
“clientelar”, en realidad procede del término “compinche” en inglés.
Tan preocupados están los editores de The Economist con La nueva era del capitalismo de los amigotes (como también se podría traducir su tema de portada) que incluso han creado un nuevo y elaborado “índice del crony-capitalism”
con el que se puede registrar la tendencia de cada país (siempre que
sea capitalista, claro) a crear plutócratas cuya fortuna se ha
multiplicado gracias a sus estrechas relaciones con el poder político,
que a su vez fomenta el desmesurado enriquecimiento de esa élite de
magnates bendiciéndoles con el favoritismo de medidas fiscales
discriminatorias, adjudicaciones de obras públicas a dedo, subvenciones
gubernamentales privilegiadas, permisos oficiales arbitrarios, etc. ¿Les suena?