Una serie de mapas de actividad en Twitter muestran cómo se manifiesta la polarización política en internet y por qué las divisiones son tan difíciles de superar. Los extremos son un terreno fértil para las campañas de manipulación informativa.
Desde que los periódicos han ido cediendo su terreno a las pantallas, la vida pública de la gente se ha ido polarizando cada vez más a nivel ideológico. Pero antes de Twitter y Facebook, las sociedades ya habían pasado siglos lidiando con el extremismo y la división social. En Estados Unidos, por ejemplo, la polarización comenzó hace mucho tiempo con el aumento de las noticias de 24 horas por cable. Así que cabe preguntarse si internet es el verdadero culpable del elevado nivel de polarización actual. Y, además, ¿realmente es tan malo que la sociedad esté tan dividida?
La polarización mostrada en los diagramas anteriores es un terreno fértil para las campañas de manipulación informativa, como la que llevó a cabo Rusia para influir en las elecciones estadounidenses de 2016 (ver La derecha de EE. UU. retuiteó a troles rusos 30 veces más que la izquierda).
En lugar de tratar de forzar sus mensajes a la corriente principal, las campañas de desinformación se dirigen a las comunidades polarizadas e infiltran cuentas falsas dentro de ellas. Estas cuentas interactúan con personas reales de esas comunidades para generar credibilidad. Una vez que se ha establecido su influencia, pueden introducir nuevos puntos de vista y amplificar las ideas divisorias e inflamatorias que ya están circulando. Es el equivalente digital al hecho de mudarse a una comunidad aislada y unida, usar sus propias peculiaridades del lenguaje y atender sus obsesiones, presentarse como candidato a la alcaldía y luego utilizar esa posición para influir en la política nacional.