Se denomina 'Síndrome de Bullerbyn' a la idealización de Suecia, que se proyecta como un paraíso de naturaleza, salud y confort, en donde los problemas son propios de cuentos infantiles. De hecho, el término se extrae de una novela para niños de Astrid Lindgren. Aunque es un fenómeno propio de los países de habla germana, toda Europa dirige su mirada hacia allí cuando se habla del estado del bienestar. Daria Bogdanska tardó poco en descubrir que no se trata más que de una fantasía, como relata en su cómic autobiográfico Esclavos del trabajo(Astiberri 2018).
La sociedad está centrada en el individuo y nos han lavado el cerebro para pensar que cada uno es responsable de su propio éxito o fracaso, así que hemos perdido la capacidad de ver el panorama completo. Cuando tenemos un problema laboral lo vemos desde una perspectiva personal, así que nos cambiamos de trabajo si podemos. ¿Qué pasa si en lugar de reunirnos y cambiar la situación en nuestra empresa seguimos cambiando de empleo cada vez que hay un problema? ¿Tal vez al final ya no haya mejores trabajos? Depende sólo de nosotros.