16 nov 2014

La sociedad infantilizada


José Ortega y Gasset reflexionaba hace casi un siglo sobre el nacimiento del hombre-masa, hijo del progreso técnico y tecnológico sin precedentes que se estaba registrando. El filósofo español ya veía que la sociedad no alcanzaba similar nivel de desarrollo. La búsqueda del dinero y de la “utilidad” había empobrecido lo que él llamaba la conciencia moral para producir, decía, un ser vulgar, consciente y orgulloso de su condición, exigiendo su derecho a la mediocridad sin ninguna cortapisa.

En 1913 José Ingenieros, médico, sociólogo y filósofo argentino, se había expresado en parecidos términos en El hombre mediocre. Alguien que no lucha por ideales sino que, incluso, los combate porque afectan a su estabilidad, y se vuelve “sumiso a toda rutina, prejuicios y domesticidades, para convertirse en parte de un rebaño o colectividad cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente”. (Ver más >)