30 jun 2019

32 consejos para navegar en una sociedad llena de propaganda y manipulación

Desde que existe el lenguaje los humanos lo hemos usado para manipularnos unos a otros.


El hecho de que sea posible ordenar con habilidad una serie de símbolos vocales de tal modo que nos permita conseguir favores, concesiones, votos o el consentimiento de otros humanos ha hecho que la manipulación sea tan común que hoy por hoy permea toda nuestra sociedad de arriba abajo, desde las relaciones particulares entre dos personas hasta la relación entre los gobiernos y las poblaciones a nivel internacional.

Este hecho ha conseguido que sea casi imposible discernir qué es lo que ocurre realmente tanto en nuestras propias vidas como en el mundo entero.

Así que ahí van una serie de trucos para aprender a navegar en este escenario tan proclive a la manipulación, tanto las que se dan a pequeña escala y puedes encontrarte en tus interacciones cotidianas como las que a gran escala afectan al mundo entero.

1 - Comprende que los humanos somos animales que cuentan historias. Aquel que controla la narración controla a los humanos.

2 - Sé humilde y reconoce que tú también puedes ser engañado.

3 - Observa el comportamiento de los demás e ignora las historias que cuentan acerca de su comportamiento.

4 - Sospecha de aquellos que no paran de decirte quién son y cómo son porque lo que están tratando de hacer es manipular la narrativa que tienes sobre cómo son.

5 - Aprende a darte cuenta de cómo los manipuladores utilizan la confianza y la simpatía para engañar a la gente y que se suscriban a su propia interpretación de cómo son las cosas.

6 - Sospecha de todo aquel que rehúsa expresarse de una forma clara.

7 - Familiarízate con los "sesgos cognitivos", los errores de la mente humana que propician que percibamos las cosas de manera irracional.

8 - Confía más en tu propia interpretación que en la de los demás.

9 - Date cuenta de que la propaganda es el aspecto más ignorado y minusvalorado de nuestra sociedad.

10 - Respeta el hecho de que la ciencia de la propaganda moderna tiene más de un siglo de desarrollo e investigación.

12 jun 2019

Matando al huésped

El penúltimo libro de Michael Hudson, por estás fechas está prevista la salida de su siguiente obra “J is for Junk Economics”, se titula “Killing the Host” en el cuál se toma como punto de partida la metáfora del parásito y su huésped como una descripción cabal de la actual situación de la economía y por extensión de la política imperante. Me limitaré a hacer una introducción a los argumentos del autor como instrumento de análisis y su fundamentación, para dejar el relato de la crisis para entradas posteriores. La mejor manera de entender el libro, es empezar por cuestionarnos aquello que el relato habitual y hegemónico no plantea. En realidad, su objetivo es evitar que nos plantemos las siguientes cuestiones:


Si el sistema bancario realmente proveé servicios de igual valor a la enorme riqueza que ha creado para el “Uno Por Ciento”, ¿Por qué necesita ser rescatado? Cuando el sector financiero obtiene todo el crecimiento económico derivado del rescate ¿Cómo ayuda eso a la industria y el empleo cuyas deudas permanecen en la contabilidad? ¿Por qué no fueron rescatados el empleo y la inversión en medios de producción liberándolos de sus deudas? Si el ingreso refleja la productividad de los factores ¿Por qué los sueldos se han estancado desde los años 70 mientras que la productividad ha crecido y los beneficios han sido acaparados por bancos y financieros, no por los trabajadores? ¿Por qué hoy en día, la Contabilidad Nacional excluye el concepto de ingreso no ganado (renta económica) que fue el tema esencial de la teoría del valor y precio clásica? Si la economía es realmente un ejercicio de la libre elección, ¿Por qué los proselitistas abogados de los intereses de los rentistas necesitan excluir del curriculum el pensamiento económico clásico?

La etimología de parásito proviene del griego, compañero de comida, “para” (al lado) y “sitos” (comida) que describía a los ayudantes de los funcionarios encargados de recaudar el grano para las celebraciones oficiales.

La palabra parásito era inicialmente era descriptiva, pero pronto adoptó una acepción peyorativa y fue aplicado con profusión a los usureros, que posteriormente fueron denominados de forma más respetable, banqueros.

El sistema financiero es el motor depredador no solo de su huésped social, sino del huésped del que todos dependemos, la biosfera.

9 jun 2019

'El enemigo conoce el sistema', el sueño roto de una Internet libre

El sueño de una red libre, abierta y democrática ha ido saltando por los aires casi desde el mismo momento en el que Internet llegó a nuestras vidas. Sus creadores, idealistas de la tecnología, científicos alejados del mercado y el poder, diseñaron una herramienta llamada a democratizar y universalizar el intercambio del conocimiento. Pero muy pronto se convirtió en un escenario de opacidad en el que el sueño inicial se ha convertido en una pesadilla de manipulación y vigilancia de sus usuarios.

Este panorama desolador es analizado al detalle en 'El enemigo conoce el sistema', el nuevo libro de Marta Peirano, periodista y colaboradora de eldiario.es, editado por Debate y del que ofrecemos la prepublicación de uno de sus capítulos.

Estábamos preparados, pero era para otra cosa. El 20 de enero de 2017, el día en que Donald Trump se convirtió en el 45.° presidente de Estados Unidos de América, el libro más vendido en Amazon era 1984. En todas las categorías, en todos los formatos. La famosa novela de George Orwell había aumentado sus ventas en un 9.500 por ciento. Y no había venido sola. Otros dos sesudos veteranos disfrutaban a cierta distancia de un inesperado revival. Por un lado, Eso no puede pasar aquí, la novela de Sinclair Lewis sobre un senador demócrata que llega a las presidenciales con una campaña xenófoba y populista. Por el otro, Los orígenes del totalitarismo, el ensayo de Hannah Arendt sobre las mecánicas que propulsaron el fascismo europeo, publicado por primera vez en 1951. Nadie puede decir que no estábamos pensando en eso. Lo que pasa es que no lo estábamos pensando bien.

La naturaleza orwelliana de nuestro tiempo es una de esas cosas que, cuando la ves, ya no puedes dejar de verla. A nuestra plataforma mediática, ojos y oídos de la civilización occidental, parece ocurrirle exactamente eso. En todos lados detectan lo que Margaret Atwood ha llamado las "banderas rojas" de 1984. "Orwell nos enseña que el peligro no está en las etiquetas (cristiandad, socialismo, islam, democracia, dos piernas bien, cuatro piernas mal) sino en los actos perpetrados en su nombre".

Los actos perpetrados por la Administración Trump son una fuente inagotable de banderas rojas.

8 jun 2019

Cómo conseguir la superioridad moral en 6 cómodos pasos

En un mundo con más de siete mil quinientos millones de personas, sentirse especial es complicado y es fácil acabar abrumado por la tarea. Las sociedades modernas no solo nos permiten ser individuos, nos exigen serlo. Tenemos que demostrar que somos de los que son capaces de nadar río arriba, no de los que la corriente arrastra hacia la soledad y el olvido.

Hay distintas formas de hacerlo, pero una de las más reconfortantes es encaramarse en el pedestal de la superioridad moral.

Y eso es algo, querido lector, que está a tu alcance y a lo que no tienes por qué renunciar. No es ningún capricho. No es un lujo. Es tu derecho. En tu fuero interno tú ya sabes que eres buena persona, mejor que la mayoría, y si los demás no se quieren dar cuenta, es justo que se lo demuestres. Así que, si me lo permites, te voy a ayudar a ello. Te aseguro que es fácil. Solo tienes que seguir estos seis consejos:

1: Convierte todo debate en una confrontación moral

2: Menosprecia a los expertos

3: Elige el campo de batalla

4: Indígnate mucho, indígnate más

5: Usa sistemáticamente el ad hominem

6: Y, finalmente, el toque maestro: muéstrate magnánimo

En conclusión:

Si realmente lo quieres, el pedestal de la superioridad moral es tuyo, querido lector. Mientras otros pierden el tiempo informándose, tú móntate en él de un salto. A menudo las batallas no las gana ni el más fuerte ni el más sabio, sino el más audaz.

Se critica mucho el efecto Dunning-Kruger, pero quienes lo hacen se equivocan, porque no es una debilidad sino una fortaleza: te libera de la duda.

Y cabalgando sobre él, no hay meta que no puedas alcanzar.

7 jun 2019

Alemania emite un documental donde se vuelve a insistir en que el coche eléctrico puede suponer un mayor impacto ambiental que los diésel o gasolina

Desde hace unos meses estamos viendo como se intensifica la campaña de desprestigio contra el coche eléctrico. Como ejemplo el estudio del profesor de la Universidad de Colonia ,Christoph Buchal, que indicaba que todo el proceso de extracción de los componentes que dan forma a la batería, como el litio, el cobalto, o el manganeso, hacen que las emisiones en la producción del vehículo sea superior a las que emitirá un equivalente diésel en su vida útil. Un estudio que ya ha sido rebatido por diferentes expertos.

Ahora desde el Canal alemán Das Erste se ha lanzado un documental en el que se profundiza en el tema y se analiza el impacto industrial y ecológico de la extracción del litio. Un proceso que indican requiere de movilizar grandes cantidades de agua, y usar químicos para su separación. Algo que tiene según el propio documental tiene efectos sobre la población local y su ganadería. Un estudio que concluye que a similares niveles de autonomía, un coche eléctrico supondrá un mayor impacto en cuanto a emisiones que un diésel o gasolina.

Por supuesto no hay que analizar demasiado los datos para saber que se trata de un simple sensacionalismo que parte de la base de que cualquier actividad humana tiene un impacto ambiental, tanto en un coche eléctrico como un modelo con combustión interna. La principal diferencia es que una vez el coche está en la carretera el primero no realizará ninguna emisión, mientras que del tubo de escape del segundo saldrán elementos mucho más peligrosos que el CO2.

La conclusión es que esta campaña para poner de relieve el impacto industrial de la producción del coche eléctrico podría tener su punto de interés si se centrase en forzar a las empresas a realizar una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente y las comunidades donde se extraen los elementos que le dan forma. También a realizar una mayor exigencia a la hora de tal como se fuerza a la producción de coches cada vez más limpios, extender estas exigencias a la fabricación de los mismos.

Pero estas peticiones perfectamente válidas pierden su razón y peso al tratar de meter con calzador el mensaje de que los coches eléctricos son más perjudiciales para el medio ambiente que los coches con motor de combustión. Unos vehículos diésel y gasolina cuya eficiencia ha mejorado con el paso de los años, pero que continúan arrojando cada día ingentes cantidades de partículas extremadamente peligrosas, y que suponen un impacto tanto para el medio ambiente, como directamente para la salud pública.

Una campaña de desprestigio que apostamos terminará o se mitigará de forma importante el 1 de enero de 2020.Fecha en la que entrarán en vigor las nuevas normativas de emisiones en Europa, así como la segunda fase de las cuotas de ventas de China, y que obligará a los fabricantes a no sólo tener oferta de coches eléctricos, sino lograr un objetivo de ventas cada año. Momento en el que si les interesará vender y cuando muy posiblemente dejaremos de ver estos artículos y documentales.