“En la orwelliana 1984 esa sociedad era consciente de que estaba siendo dominada; hoy no tenemos ni esa consciencia de dominación”. La frase, rotunda y espeluznante, fue una sentencia promulgada por el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, a quien el diario El País de España llama un destacado “diseccionador de la sociedad del hiperconsumismo“.
Antes que él, sus postulados habían sido llevados al cine en una película de acción hollywoodense. Y es que en 1999 los hermanos Wachowski dejaron a medio mundo con preguntas metafísicas sobre la sociedad y la realidad vivida, presentando posturas que comparten mucho con lo dicho por el pensador oriental, las que plasmaron a cabalidad en “The Matrix”.
The Matrix busca resaltar que el alzarse contra el sistema es un acto heroico, y que aquellos que viven en él conformes y en silencio, son subyugados a los intereses de los más poderosos. En palabras del intelectual oriental citado al principio “ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”. Y la consecuencia, peor, es que “ya no hay contra quien dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión. Es la alienación de uno mismo, que en lo físico se traduce en anorexias o en sobreingestas de comida o de productos de consumo u ocio”.
El mundo del filme es un claro estado totalitario, con un gobierno opresor, usando a la fuerza pública como su arma de mayor peso y uno en donde los terroristas son héroes. El agente Smith representa el “establecimiento”, mientras que Neo, Morpheus y Trinity son los revolucionarios buscando derrocarlo. Los tres son presentados al mundo como criminales por los entes oficiales. ¿Habrá algún paralelo con la realidad? ¿Será nuestros medios de comunicación armas de desinformación para no dejarnos ver la realidad? ¿Serán nuestros denominados terroristas nuestros verdaderos héroes? ¿Estaremos viviendo en un mundo de mentiras, creado por los medios de comunicación en apoyo con los más grandes grupos empresariales?
¿Es tan diferente el mundo plasmado en el filme a nuestra realidad?
El ciudadano del común parece uno atado al sistema a través de sus deudas: de tarjeta de crédito, hipotecas, del auto, de universidad… Si consideramos el renacer mundial que ha venido teniendo los análisis de Marx sobre el capitalismo, parece no haber alguna duda de que el trabajador moderno es uno inmensamente mal pago, mientras los poseedores del capital unos que se apropian de la riqueza de su trabajo. ¿Cómo se explica si no es a la luz del concepto de la “plusvalía” la tan injusta distribución de la riqueza actual? Esos profesores, arquitectos, ingenieros señalados por Morpheus no son nadie diferente que los hombres y mujeres del mundo contémporaneo. Por algo se dice que la pastilla azul y roja son representaciones de dos reconocidas marcas modernas. Que el lector de estas líneas pueda descifrar sin problemas a cuáles hace referencia, dice todo lo que sobre el filme hay que decir…
El ciudadano del común parece uno atado al sistema a través de sus deudas: de tarjeta de crédito, hipotecas, del auto, de universidad… Si consideramos el renacer mundial que ha venido teniendo los análisis de Marx sobre el capitalismo, parece no haber alguna duda de que el trabajador moderno es uno inmensamente mal pago, mientras los poseedores del capital unos que se apropian de la riqueza de su trabajo. ¿Cómo se explica si no es a la luz del concepto de la “plusvalía” la tan injusta distribución de la riqueza actual? Esos profesores, arquitectos, ingenieros señalados por Morpheus no son nadie diferente que los hombres y mujeres del mundo contémporaneo. Por algo se dice que la pastilla azul y roja son representaciones de dos reconocidas marcas modernas. Que el lector de estas líneas pueda descifrar sin problemas a cuáles hace referencia, dice todo lo que sobre el filme hay que decir…
Se puede sustentar y debatir el que vivamos hoy en una especie de “The Matrix”. Es contundente que la película se basó en la vida diaria para crearse. Y puede que sea una hipérbole de la cotidianidad; pero nunca una falacia. Hay mucho de lo puesto en pantalla en la actualidad: gobiernos que se inventan enemigos y medios de comunicación que masifican esa desinformación para confundir a quien la ve. Es por eso que en muchos lados cientos de miles de personas han salido a las calles, indignadas, a pelear por un cambio. Porque han descubierto las mentiras que ante sus ojos han puesto a través de un sistema político, económico y mediático, que ha interpuesto sus propios intereses egoístas por encima del los de todo el planeta. Solo queda seguir despertando y luchar. Por algo, la canción de cierre “The Matrix” se titula “Wake Up”.