23 mar 2010

El votante escucha lo que quiere oir

Es de noche y un hombre va caminando por la calle. La ciudad está muy oscura. El hombre llega por fin hasta una esquina iluminada. Allí se encuentra con una persona que parece buscar algo en el piso. Y que además parece que tomó diez veces más de la cuenta.

- ¿Necesita algo?- le pregunta inclinándose sobre el borracho.
- Perdí una moneda- contesta el otro con la lengua trabada.
- ¿La perdió por aquí?- dice el hombre señalando la esquina iluminada.
- No, no, la perdí lejos de acá- responde el borracho casi imperturbable.
- ¿Y entonces por qué la busca aquí?- pregunta con rigor el hombre.
- Porque acá hay luz- finaliza el borracho con lógica demoledora.

Te pido que olvides el chiste y el borracho. Y que recuerdes esta imagen: una persona buscando donde le resulta más fácil buscar. Buscando en la luz lo que perdió en la oscuridad. En realidad la imagen ilustra una vieja ley de la psicología: cada persona prefiere escuchar los puntos de vista más cercanos a los suyos propios.

Buscar la verdad es complejo. Es más sencillo buscar validar una opinión previa.

La persona tiende a rodearse de personas que piensan de un modo similar. 
Cada elector circula entonces por su propio universo político-ideológico.
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