Durante la década de los 70, dos psicólogos israelís llamados Daniel Kahneman y Amos Tversky estaban obsesionados con la forma en la que los seres humanos tomamos decisiones. Llevaron a cabo múltiples investigaciones y experimentos para demostrar que, en entornos de incertidumbre, las personas decidimos alejándonos de los principios de la probabilidad.
Resumiendo sus conclusiones de una manera sencilla, lo que defendían estos dos psicólogos es que los seres humanos utilizamos “atajos mentales”(llamados técnicamente heurísticas) para simplificar problemas complejos. Muchas veces las heurísticas son útiles, pero algunas veces nos llevan a cometer errores.
Este sesgo es también uno de los principales culpables de la extensión generalizada de las fake news y el auge de las conspiraciones. Tendemos a confirmar nuestras propias creencias y descartar el resto de evidencias en contra, por lo que en una era donde la sobredosis de información es constante, siempre encontraremos algo que concuerde con lo que pensamos y nos confirme que tenemos razón.