En EEUU, el 10% de la población controla el 76% de la riqueza en EEUU, según los datos que recoge Don Jeffries en su último libro, 'Survival of the Richest'. Nuestra sociedad está en la situación que describió Pareto, esa en la que el 20% posee el 80%, y a la descripción de este escenario y sus consecuencias económicas, políticas y sociales dedica Jeffries su texto.
Pero el autor también se pregunta si esa parte favorecida de la sociedad posee las cualidades precisas para justificar su posición. Si lo que aportan merece recompensa, y en ese caso, si la retribución que consiguen cuenta con alguna base. La idea dominante es que vivimos en la época del talento y que, por tanto, quien logra subir a la cima social es precisamente por haber destacado por su ingenio o habilidad.
La respuesta que Jeffries da a la pregunta es negativa: este es un juego con las cartas marcadas. Los repetidos ejemplos de la gente que salió de la nada son excepciones en una carrera que siempre ganan los que tienen mejores coches.
La cultura ha sido un ámbito que ha anticipado los cambios sociales, y muchas de las características que se citaron en él se extendieron años después al resto de los sectores económicos. En este caso es evidente: contar con el dinero para gozar de una mejor preparación, para aprender la actitud necesaria y para contar con la red de relaciones necesarias es lo que permite que los hijos de la élite acaben consiguiendo los mejores puestos. Y esto es ya una realidad. (Ver más >)