El pasado 22 de marzo, en la ciudad belga de Bruselas, se repitió un
atentado terrorista contra la sociedad en el que perdieron la vida más
de 30 personas inocentes. A partir de este trágico acontecimiento, se
han ido sucediendo (y lo que nos queda) diversas consignas de distintas
sensibilidades, utilizando este hecho para sus particulares intereses,
malinterpretando o manipulando descaradamente lo que ha pasado, mientras
que un drama así debería hacernos reflexionar debidamente.
“El Islam nos ataca – El Islam es malo”.
La primera manipulación a la que estamos
siempre expuestos cuando se sufre un atentado terrorista, es la de
equiparar el terrorismo a todas las personas que comparten su postura
política o religiosa. Algo así como si todos los católicos fueran
responsables de los atentados del IRA, o todos los vascos lo hubieran
sido de los atentados cometidos por ETA.