Dícese de la aparición, como setas en otoño, de publicidad en forma de
noticia sobre Mercadona inundando la prensa nacional un día concreto.
Esto sucede cada dos o tres meses.
El efecto Mercadona está, como dicen
los expertos en publicidad, muy bien integrado. Casi no se nota. Nada
que ver con aquella ordinariez del Banco Santander contratando las
portadas de todos los periódicos del kiosko el mismo día, dejando en
evidencia la dura realidad de la prensa nacional. Nada de eso.
Mercadona, como hace la naturaleza con las setas, esconde el spot para
que te distraigas buscándolo –qué aburrido sería ir al campo a coger
setas si crecieran dentro del cesto– en formato de noticia, de noticia
positiva que nos sana, gracias a la sonrisa de Juan Roig, de la columna
de al lado que nos cuenta el último tropezón del Real Madrid o el último
drama en Melilla. La transversalidad de este fenómeno es asombrosa y
provoca que La Razón, Cadena SER, ABC, El País, el diario online de Villarriba y el diario online
de Villabajo compartan cada equis tiempo misma noticia, con idéntica
lectura empaquetada, con la misma sonriente foto del impecable Juan
Roig, el mismo día.
Las últimas setas salieron hace un par de días
hablando maravillas de esta empresa de la que la prensa nunca habla
cuando sus trabajadores levantan la voz ante ciertas situaciones, pero
que habla de los trabajadores cuando la empresa levanta la voz dictando titulares.