11 ago 2020

Volkswagen es una excepción, el capitalismo no es así

Se acumulan en los últimos años los casos de grandes empresas que hacen trampas buscando el máximo beneficio.

Tranquilos, el fraude de Volkswagen es una excepción, no es la norma. Que nadie corra a sospechar de la industria automovilística, ni de las empresas alemanas, ni de las multinacionales en general. Ni por supuesto del capitalismo globalizado versión 2.1. Es la excepción, no la norma.

La norma es que las empresas respetan la ley, no engañan, no defraudan. Y cuanto más grande la empresa, más respeto, menos engaño. La mayoría de multinacionales asume su “responsabilidad social corporativa”, y muestra su compromiso con la sociedad, el medio ambiente o la infancia mediante generosas donaciones y proyectos. La propia Volkswagen lo hace.

La norma es que el capitalismo respeta leyes y regulaciones, aunque poca falta hacen, ya que podría regularse solo, mediante la mano invisible del mercado. La norma es que la búsqueda del máximo beneficio a toda costa no necesariamente exige hacer trampas.

Yo mantengo intacta mi confianza en el sistema económico. Estoy seguro de que se pueden ganar 13.000 millones anuales de beneficio (los de Volkswagen el año pasado) sin romper nada, cumpliendo la ley, sin trampas. No creo que, como decía Balzac, detrás de toda gran fortuna hay un crimen.