La compra de votos es una estrategia que introdujo el PRI, hace décadas. Los votos se suelen pagar con despensas, dinero en efectivo, tarjetas con depósitos mensuales, cemento, pintura, becas y programas sociales que se reparten previos a las elecciones, de acuerdo con supervisores electorales, ciudadanos, especialistas e integrantes de campaña, entrevistados por VICE News.
La práctica está tan arraigada, que no es difícil encontrar testimonios en este sentido. A Carlos Domínguez de 26 años, residente en Cuautitlán Izcalli, le ofrecieron comprar su voto hace tres semanas: "Nos dijeron que si del Mazo se queda como gobernador nos van a dar a mi mamá y a mí una 'Tarjeta Rosa' que le dará efectivo mes con mes".
Según un documento publicado por Morena —que no ha sido desmentido por el PRI— hay una nueva mecánica para la captación de votos.
La novedad de este 4 de junio —según dicho documento— será la utilización de más "casas" para llevar a los electores a votar. Esta estrategia fue confirmada por Justino y nos la explica:
Los ciudadanos cooptados en días anteriores serán llevados a casas, separadas por cinco manzanas cada una. Les darán desayunos, comidas y refrigerios; les entregarán una despensa, los subirán a un auto y los transportarán a las casillas para que emitan su voto.
Con el fin de asegurarse de que el voto sea para el tricolor, llamado así por sus colores de la insignia, la estructura priista aplicará el "carrusel" que consiste en entregarles una boleta tachada con el candidato del PRI para que después traigan limpia la que les entregaron en la casilla electoral. A su vez, la 'limpia' se tacha y se otorga a otra persona. Y así de manera sucesiva. "Aunque esta vez será un poco más difícil por la tecnología y las redes sociales", reconoce el operador.
En las casillas electorales, donde se emite el voto, un supervisor del Instituto Nacional Electoral (INE) comentó que la conformación de presidentes, secretarios y vocales se amañan.
Los partidos siempre buscan, de alguna manera, tener a su gente en las casillas pues siempre ayudan a respaldar trampas. "Las casillas electorales las están imponiendo, como no se consigue la gente de manera natural, se abre una lista y se pide un permiso a la junta (...) Es ahí cuando nos llegan personas que dicen que sí quieren participar, pero pertenecen a un partido", comenta una fuente a petición de anonimato, y apunta que el Partido Acción Nacional (PAN) ha llevado a cabo este mecanismo en el municipio de Huixquilucan, por ejemplo. Ningún partido se salva.