14 sept 2014

Manual del perfecto fanático

Enzarzarse dialécticamente con un fanático es, para una mente sensata, una tarea inane que no conduce a nada salvo, quizá, a una absurda desesperación. Sin embargo, puede ser práctico saber identificarlos y aislarlos por precaución. Y es que los fanáticos siguen todos un manual bastante previsible

Y es que, por encima de todo, el fanático es un excelente pelmazo. Tiene que ser así para poder granjearse la antipatía del personal y mostrarse entonces como una víctima de ataques imaginarios y poder así, una vez más, desplegar todo su arsenal delirante