Madrid está mucho más cerca de albergar las Olimpiadas de 2020 tras el informe favorable emitido esta semana por el Comité Olímpico Internacional (COI). Se trata de una noticia nefasta para España y, muy especialmente, para los contribuyentes, ya que la celebración de los Juegos Olímpicos (JJOO) supone un nuevo despilfarro público de grandes dimensiones que el país no se puede ni debe permitir, para mayor gloria y regocijo de la casta política.
1. Un negocio ruinoso
Los JJOO son deficitarios por definición. Casi todas las sedes que han acogido este evento han arrastrado un enorme déficit. El caso más conocido es el de Montreal 76. La ciudad canadiense estuvo 30 años pagando una enorme deuda tras perder 1.000 millones de dólares en las Olimpiadas. Montreal partía con un presupuesto inicial de 310 millones, pero el coste final se disparó hasta los 1.500 millones. Se creó un nuevo impuesto para sufragar la deuda acumulada que se extendió hasta 2006.
2. El fiasco de Londres, Pekín, Atenas…
3. El gasto está infravalorado
4. Las instalaciones no están acabadas
5. Avales públicos, el coste oculto
Es decir, en caso de déficit, paga el contribuyente.
6. Los ingresos están inflados
7. ¿Y después? Instalaciones fantasma
8. Elevado déficit y deuda pública
9. Un ‘Plan E’ deportivo que no resolverá la crisis
10. Tan sólo beneficia a los políticos
En realidad, la celebración de los Juegos tan sólo beneficia a los políticos, ya que supone una gran campaña de imagen para las autoridades públicas a nivel local, regional e incluso nacional de cara a su reelección electoral. Y ello, a costa de un enorme despilfarro público sufragado con el dinero de los demás (empresas y familias). Así, no sería de extrañar que Ana Botella se vuelva a presentar a la Alcaldía en caso de que Madrid tenga la gran desgracia de ser escogida como sede olímpica en 2020.
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La referencia a los sobres no es casual. Las señalizaciones que han aparecido alrededor del inmueble llevan el logo del Grupo Ortiz Construcciones y Proyectos, que figura en el sumario de la trama Gurtel, según informó en su día el ya desaparecido diario Público, por pagos de un total de 1,4 millones de euros a varias empresas relacionadas con el ex portavoz adjunto del PP en el Congreso y aún diputado adscrito al Grupo Popular, Jesús Merino.
Los JJOO son deficitarios por definición. Casi todas las sedes que han acogido este evento han arrastrado un enorme déficit. El caso más conocido es el de Montreal 76. La ciudad canadiense estuvo 30 años pagando una enorme deuda tras perder 1.000 millones de dólares en las Olimpiadas. Montreal partía con un presupuesto inicial de 310 millones, pero el coste final se disparó hasta los 1.500 millones. Se creó un nuevo impuesto para sufragar la deuda acumulada que se extendió hasta 2006.
2. El fiasco de Londres, Pekín, Atenas…
3. El gasto está infravalorado
4. Las instalaciones no están acabadas
5. Avales públicos, el coste oculto
Es decir, en caso de déficit, paga el contribuyente.
6. Los ingresos están inflados
7. ¿Y después? Instalaciones fantasma
8. Elevado déficit y deuda pública
9. Un ‘Plan E’ deportivo que no resolverá la crisis
10. Tan sólo beneficia a los políticos
En realidad, la celebración de los Juegos tan sólo beneficia a los políticos, ya que supone una gran campaña de imagen para las autoridades públicas a nivel local, regional e incluso nacional de cara a su reelección electoral. Y ello, a costa de un enorme despilfarro público sufragado con el dinero de los demás (empresas y familias). Así, no sería de extrañar que Ana Botella se vuelva a presentar a la Alcaldía en caso de que Madrid tenga la gran desgracia de ser escogida como sede olímpica en 2020.
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"Cobri", la mascota oficiosa de Madrid 2020 contra la especulación
La campaña en defensa del edificio de Ofelia Nieto, 29, en el barrio madrileño de Tetuán, se concentrará frente al Ayuntamiento en plena puja por la candidatura olímpica.La referencia a los sobres no es casual. Las señalizaciones que han aparecido alrededor del inmueble llevan el logo del Grupo Ortiz Construcciones y Proyectos, que figura en el sumario de la trama Gurtel, según informó en su día el ya desaparecido diario Público, por pagos de un total de 1,4 millones de euros a varias empresas relacionadas con el ex portavoz adjunto del PP en el Congreso y aún diputado adscrito al Grupo Popular, Jesús Merino.