Aristóteles definió a la demagogia como la “forma corrupta de la democracia” y al demagogo como el “adulador del pueblo”.
16 sept 2011
12 sept 2011
¿De quién se aprovechan las sectas?
Ciertamente, la tremenda ignorancia que hay en nuestra sociedad sobre religiones y filosofías (así como sobre una infinidad de otros ámbitos) favorece el que mercachifles de variada calaña den gato por liebre a los buscadores de "espiritualidad". Pero también es cierto que no sólo es un problema de cultura/información sino de sentido común y madurez personal. Muchísima gente confunde "búsqueda espiritual" con buscar maravillas esotérico/místicas y pretenden encontrar creencias maravillosas que actúen del mismo modo que el crecepelo mágico que vendían los feriantes. Una persona poco culta pero con madurez personal raramente se deja engañar, pero un cretino, por mucho que sepa, puede ser engañado fácilmente.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que muchos "sectarios" son personas que necesitan desesperadamente un marco grupal y de creencias que les sirva como reductor de ansiedad, y para este tipo de personas el riesgo no es el "no saber suficiente" sino el no ser capaces de controlar adecuadamente sus sentimientos, emociones y deseos.
Lo deseable es incrementar la madurez personal y también la cultura e información general sobre el máximo de aspectos posibles. Lo primero, básicamente, es responsabilidad de las familias para con sus hijos, lo segundo debería ser una obligación de cada uno para consigo mismo.
1 sept 2011
The Ides of March
The Ides of March es un retrato implacable de la hipocresía, de lo que esconden las apariencias, de la inevitable corrupción y el cinismo arrogante que alimenta a la maquinaria política. Basada en una obra teatral, describe la batalla entre los dos candidatos del Partido Demócrata durante la campaña por las elecciones primarias en el Estado de Ohio, y cuyo resultado, debido a su trascendencia estratégica, puede ser indicativo de quién va a alcanzar en el futuro la presidencia de Estados Unidos.
Cuentan que en la carrera de Obama hacia la jefatura del imperio fue fundamental el imaginativo y poderoso cerebro de un chaval de 25 años que le escribía los discursos, creaba eslóganes dotados de inmensa capacidad de comunicación, manejaba con credibilidad las ideas que se pretendían vender a los futuros votantes. El protagonista de The Ides of March reúne inicialmente las características de aquel personaje. También es idealista, cree en el mensaje que predica y mantiene una lealtad inquebrantable hacia el político para el que trabaja. Progresivamente este hombre descubrirá con estupefacción y terror que nada es lo que parece, que los comportamientos no guardan relación con las palabras, que la maquinaria electoral se rige por una farsa abyecta que utiliza la mentira, la ocultación, los pactos más turbios y la traición con el único y sagrado objetivo de ganar, de tomar el poder. También percibirá cómo su pretendida integridad moral no es inmune a esa cloaca, que sus principios se resquebrajan, que para continuar pisando firme en ese universo se exige una conducta artera, hacer irreparables renuncias, especializarse en el chantaje, dominar las obscenas reglas del juego. (Ver más >)
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