El miedo de tanta gente despistada, desinformada y manipulada por unos medios de desinformación e intoxicación masiva, hace que constantemente muchas personas vivamos en una permanente ducha escocesa de euforia movilizadora y depresión realista, o paciencia esperando tiempos mejores.
Aristóteles definió a la demagogia como la “forma corrupta de la democracia” y al demagogo como el “adulador del pueblo”.
28 ene 2010
3 ene 2010
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Vivimos tiempos en los que el poder de la palabra lo es todo. Continuamente nos bombardean con mentiras que nos creemos porque nos las han contado bien o simplemente han sido amables mientras nos las decían usando bonitas palabras. La demagogia es uno de los mayores males de nuestro tiempo, por culpa de ella somos capaces de justificar asesinatos, violaciones o invasiones a un país.
Un perfecto orador es el rey del mundo delante de una cámara diciendo grandes frases y poniendo pensamientos en las cabezas de los estúpidos que no saben ni quieren pensar por sí mismos.
Claro que hay oradores buenos y otros malos, aquellos que dicen la verdad y aquellos que mienten. Ver >
1 ene 2010
LA BATALLA POR SU MENTE
CRITERIOS PARA DETECTAR EL CONTROL MENTAL
Se puede definir como secta a cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión.
Podemos considerar cuatro criterios para detectar la manipulación mental:
1. Control de la conducta.
2. Control de la información (la que la gente tiene derecho a saber antes de ingresar a un grupo).
3. Control de las ideas.
4. Control de las emociones.
¿Cómo puedo saber si estoy sometido a control mental?
Después de unos instantes de reflexión, casi todos comprendemos que si uno está bajo control mental, nos es imposible saberlo sin la ayuda de otras personas.
Además, uno debería comprender muy bien qué es el control mental.
Una persona que estuvo en las garras de una secta comentaba:
"En la época en que yo estaba sometido a control mental, en realidad no entendía muy bien de qué se trataba. Suponía que el control mental guardaba alguna relación con ser torturado en un sótano húmedo con una luz muy fuerte enfocada directamente a mi rostro. Desde luego, jamás experimenté algo semejante mientras estuve con los Moonies. Siempre que alguien me gritaba llamándome «robot sin cerebro», lo consideraba como parte de la persecución habitual. Me hacía sentir aún más comprometido con el grupo". (Ver >)
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