Decidir seguir leyendo este artículo no cambiará tu vida. O sí. Acaso pueda lograrlo de rebote. Porque las grandes decisiones están claveteadas de nimiedades que no tienen nada que ver con la razón, y ser consciente de ellas podrá ayudarte a escoger opciones con el juicio menos contaminado.
En el próximo atolladero de tu vida, cuando tengas que elegir entre dos senderos que se bifurcan, te acordarás de que, a veces, el contenido de lo que llamas intuición depende de tus horas de sueño, de si has comido o no o qué sabor has degustado. Interrogar a tus primeros impulsos es una forma de encaminarse a la mejor opción.
JUEZ MAL COMIDO, VEREDICTO TORCIDO
LAS NEGOCIACIONES, MEJOR CON EL CULO DURO
Un equipo de las universidades de Harvard y Yale llegó a la conclusión de que, en una situación de negociación y decisión, los objetos que nos rodean, la comodidad de las sillas o las mesas (en definitiva, el escenario táctil) pueden modificar el estado anímico de los intervinientes e influir en los resultados finales.
Descubrieron cómo, en el escenario de una negociación por el precio de un coche, quienes se acomodaban en sillas blandas cedían más y aparentaban mayor debilidad que los individuos sentados en sillas más rígidas y duras, de actitud más agresiva y egoísta. De igual modo, la envoltura de un currículum puede determinar la percepción del empleador. Los candidatos que presentaban su currículo en una carpeta dura y más pesada eran vistos como mejor cualificados.
«Las experiencias físicas no solo forman la base de nuestros pensamientos y percepciones, sino que influyen también en nuestra conducta hacia los demás. Y algunas veces esto ocurre simplemente porque estamos sentados en una silla dura y no en un sillón suave», explicó el psicólogo social John Bargh a BBC Mundo.
LA FALTA DE SUEÑO Y LAS DECISIONES REPENTINAS
LA AUDACIA PARA ASUMIR RIESGOS SE SIRVE EN TETRABRIKS