11 abr 2020

«NUESTRA CULTURA LO HA CONVERTIDO TODO EN MERCANCÍA»

El sistema ya no funciona. La estructura debe basarse fundamentalmente en los valores: la libertad, la dignidad humana, la justicia… Son conceptos que han sido básicos para la cultura occidental y que hoy no se respetan. El problema es que los valores han sido sustituidos por el interés económico. Se hace lo que se considera rentable, lo que va a traer más dinero, no lo que se cree que se tiene que hacer. Eso es el fin de una cultura. Como sabe, en los 90 se publicó el artículo de Fukuyama, El fin de la historia, y todos le aplaudieron. 

Sin embargo, poco después se produjo el atentado del 11 de septiembre. Y unos años más tarde empezaba la crisis. De modo que la historia no ha terminado, no hemos llegado al estado más supremo posible, que se suponía que era el american way of life. Eso no ha ocurrido. El sistema no funciona porque nació hacia el año 1.500, hace cinco siglos, para resolver una situación distinta. En aquel momento la tierra estaba mucho menos poblada (había tierras vírgenes por descubrir), se introdujeron técnicas como la imprenta (que ayudó a que las ideas se difundieran por todas partes), se sustituyó el dominio de la teología por la ciencia y la razón. El sistema elaboró los medios económicos de acuerdo con la situación. 

Ahora han cambiado muchísimo las cosas, es un escenario totalmente distinto. La tierra está súperpoblada, en el siglo XX la población se ha triplicado mientras que los recursos que da la Tierra no se han triplicado. Ya en el siglo pasado los ecologistas empezaron advertir que la Tierra no restaura los bienes que extraemos de ella. Entonces lo que ocurre es que este desarrollo, que nos dicen que es sostenible, es absolutamente insostenible. Por eso, además de una crisis financiera, hay una crisis energética, alimentaria, climática… Porque se está procediendo en contra de la posibilidades. Ante una situación totalmente nueva se utilizan las soluciones del siglo XV.


Hay que afrontar la creación de un mundo nuevo y los muchachos del 15-M están ya en ese mundo nuevo, en un mundo diferente que no es el mundo del capitalismo. Es el mundo, probablemente, de la ciencia. Creo que después de esta barbarie actual de pérdida de valores va a venir una organización basada en la ciencia. Al final, lo grave no es que haya una clase dominante, sino los principios que inspiran a la clase dominante. Lo que inspira a un físico –el avance, los descubrimientos, el progreso- no es lo que inspira al banquero, que es el tanto por ciento de más. Creo que estamos en el umbral de un mundo distinto al que ya pertenecen esos chicos. No es posible que estos muchachos vean las cosas como sus padres.