25 sept 2016

No pensar críticamente, un hábito peligroso para las personas... ¡y para los rinocerontes!

Tal vez te estés preguntando cuál es la razón por la cual los inocerontes requieren semejante nivel de protección para evitar que los cazadores furtivos los maten. La respuesta es sencilla: sus cuernos se venden a nada menos que 500.000 dólares cada uno en el mercado negro. Pero esta respuesta tal vez no te deje conforme. Sigue habiendo un enigma sin dilucidar: ¿por qué alguien pagaría semejante fortuna por un cuerno? Una vez más, la respuesta es simple: porque algunas culturas de Asia le atribuyen propiedades medicinales y afrodisíacas. Si eres curioso, tampoco quedarás satisfecho con esta contestación. Sigue la pregunta: ¿tiene realmente esas cualidades? Otra respuesta fácil: la composición del cuerno es básicamente queratina, la misma sustancia con la que están hechas las uñas humanas. Consumir cuerno de rinoceronte no tiene un efecto significativamente diferente a comerse las uñas. Y todos los estudios científicos confirman que no tiene beneficio alguno para la salud.

Eso llevará a los lectores más curiosos a plantearse la última de esta serie de interrogantes: ¿por qué millones de personas atribuyen propiedades mágicas a un trozo de queratina? Aquí llegamos a la verdadera pregunta de fondo y esta vez la respuesta ya no es tan simple. La raíz del problema no se limita a esos pueblos asiáticos: muchas personas en el mundo son supersticiosas y eligen no pensar críticamente. Aceptan que un hecho pueda estar causado por otro sin buscar ninguna explicación racional que justifique esa causalidad.

Sin embargo, detrás de su apariencia inofensiva se esconde el problema mayor, que no es creer en una superstición en particular, sino aceptar como válida una creencia (cualquiera sea) sin aplicar pensamiento crítico, sin hacerse el tipo de preguntas que nos hicimos arriba sobre los rinocerontes: atribuyendo propiedades mágicas sin demandar evidencia ni un mecanismo razonable que explique la causalidad.

La habilidad de pensar críticamente y evitar el pensamiento mágico no se adquiere sola. Requiere ser enseñada y, en mi opinión, debería ser una de las prioridades en la formación de nuestros chicos. Así lograremos tal vez salvar a los rinocerontes, pero también a todas las personas vulnerables económica o emocionalmente que son cotidianamente embaucadas por supuestos médiums, adivinos, manochantas y otros embusteros similares.