La conclusión a la que llegaron estos investigadores fue que lo que
diferenciaba a un grupo de otro era la forma en la que los miembros de
cada uno de ellos trataba a sus compañeros. Es decir, con las normas
grupales correctas se puede mejorar la inteligencia colectiva, mientras
que unas normas no adecuadas pueden perjudicar el rendimiento de un
equipo independientemente de la brillantez individual de sus miembros.
Tanto la organización de la conversación por turnos como una especial
sensibilidad social son algunas de las características de una cultura
grupal conocida como seguridad psicológica, la cual se
produce cuando los miembros de un grupo consideran que éste es un
entorno es seguro para asumir ciertos riesgos interpersonales. Según Amy
Edmonson de la Harvard Business School, la seguridad psicológica
“describe un clima de equipo caracterizado por la confianza
interpersonal y el respeto mutuo en el que las personas se sienten
cómodas siendo ellas mismas”.
Google ha aprendido que es mucho más fácil hablar de empatía y de
sensibilidad cuando estas variables entran a formar parte de los
informes de datos. Ha entendido que no todo puede estar centrado en la
eficiencia, que los empleados no quieren dejarse en casa parte de su
personalidad, de su vida interior.