Aristóteles definió a la demagogia como la “forma corrupta de la democracia” y al demagogo como el “adulador del pueblo”.
30 ene 2015
23 ene 2015
17 ene 2015
Manipulación informativa e ignorancia. Rumbo a la distopía
La legitimidad de una democracia recae
sobre la capacidad de las personas para pensar por sí mismas y elaborar
criterios razonados a partir de la información que manejan, la cual se
pretende que sea una exposición fiel de los hechos; de lo contrario, las
decisiones avaladas por el pueblo han de ser erróneas por necesidad.
Con lo que había aprendido en materia de propaganda y desinformación, Lippmann,
demócrata convencido, concluyó que el gobierno del pueblo era una
imposibilidad: ni el ser humano, social y emocional por naturaleza,
alcanza a elaborar criterios propios racionales, ni la información que
maneja puede ser nunca fiel a los hechos.
La única salvación del sistema pasaba por que los “buenos” supieran manipular a las masas antes y mejor que los “malos”->.
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