23 jul 2011

El uso perverso de las palabras

Cuando uso una palabra –dijo Humpty Dumpty- ésta quiera decir lo que quiero que diga, ni más ni menos. - La pregunta es –insistió Alicia- si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes. - La pregunta –dijo Humpty Dumpty-, es saber quién es el que manda… eso es todo. (Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas).

Con esta divertida e inteligente cita comienza Vicente Romano su libro “La intoxicación lingüística. El uso perverso de la lengua”. A lo largo de sus doscientas páginas este veterano doctor en Comunicación Pública que tanto nos ha enseñado a muchos, nos expone cómo funciona el sistema de manipulación a través de lo que él denomina “uso perverso de la lengua”. Así podemos comprobar como en las noticias, los buenos “confirman”, “advierten”, mientras que los malos “engañan” y “amenazan”. Las bombas, cuando se quiere justificar una guerra (que no se llamará guerra sino “campaña” o “liberación”), son “inteligentes” y se denominan de forma bucólica como “margarita” o “de racimo”, y no caen donde viven personas sino en el “teatro de operaciones”, por tanto no matan a inocentes, sólo provocan “daños colaterales”. (Ver más >)