"Para dominar no basta la violencia; se requiere una justificación de otra naturaleza. Así, cuando una persona ejerce poder sobre otra –ya sea un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un jefe– necesita una ideología que lo justifique, y siempre es la misma: esta dominación se hace “para el bien” de los dominados. En otras palabras, el poder siempre se presenta como altruista, desinteresado, generoso." Noam Chomsky
Entrevista a Noam Chomsky por parte de Daniel Mermet, publicado por primera vez en Le Monde Diplomatique.
Cada vez que preguntamos a un periodista estrella o a un presentador de un informativo importante de televisión si está bajo presión, si está censurado, responde que es enteramente libre, que expresa sus propias creencias. ¿Cómo funciona el control del pensamiento en una sociedad democrática? En el caso de las dictaduras, ya lo sabemos.
El sistema de control de las sociedades democráticas es muy eficaz; él inculca la pauta como el aire que respiramos. No nos damos cuenta y a veces nos imaginamos que estamos en presencia de un debate particularmente intenso. Básicamente, es infinitamente más eficiente que los sistemas totalitarios.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Alemania a principios de la década de 1930. Hemos tendido a olvidarlo, pero entonces era el país más avanzado de Europa, a la vanguardia en términos de arte, ciencias, técnicas, literatura y filosofía. Luego, en muy poco tiempo, se produjo un cambio total y Alemania se convirtió en el Estado más mortífero y bárbaro de la historia de la humanidad.
Todo esto se consiguió destilando el miedo: el de los bolcheviques, de los judíos, de los americanos, de los gitanos, en definitiva, de todos aquellos que, según los nazis, amenazaban el corazón de la civilización europea, es decir, los “herederos directos de la civilización griega”. En cualquier caso, eso es lo que escribió el filósofo Martin Heidegger en 1935. Sin embargo, la mayoría de los medios alemanes que bombardeaban a la población con mensajes de este tipo adoptaron las técnicas de marketing desarrolladas... por los anunciantes estadounidenses.
No olvidemos cómo siempre se impone una ideología. Para dominar no basta la violencia; se requiere una justificación de otra naturaleza. Así, cuando una persona ejerce poder sobre otra –ya sea un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un jefe– necesita una ideología que lo justifique, siempre la misma: esta dominación se hace “para el bien” de los dominados. En otras palabras, el poder siempre se presenta como altruista, desinteresado, generoso.