26 ene 2019

La red bipartidista que ayuda a los fondos buitre - De cómo la falta de democracia engrasa el expolio económico

Para el visionario economista Joseph Schumpeter, el capitalismo avanza gracias a la denominada ‘destrucción creativa’, es decir, a los emprendedores que, introduciendo innovaciones, acaban con las viejas formas de hacer e incorporan nuevos productos al mercado. 

El problema de dicha destrucción es sobre quién caen los escombros: ¿qué ocurre cuando la economía avanza a costa de aprovechar las crisis y la debilidad estatal para obtener cuantiosas plusvalías a partir de bienes imprescindibles? La de los denominados fondos buitre es una historia de complejidad financiera, pero, sobre todo, es un relato sobre el poder y sobre cómo el expolio que ha sufrido España tiene mucho que ver con una estructura institucional escasamente democrática. 

El estallido de la crisis mundial, hace ya más de diez años, acabó con las innovadoras ‘hipotecas subprime’, préstamos de difícil devolución empaquetados y enviados a todas partes del mundo por bancos de inversión que llegaron a apostar grandes cantidades de dinero a que dichos préstamos no se devolverían nunca. 

Esta orgía delictiva nunca se detuvo, únicamente cambió de escenario: la podredumbre del cadáver de Lehman Brothers condujo al rescate y a la sumisa recapitalización de algunos de los bancos que habían incurrido en las peores prácticas. Salvado del castigo, el espíritu ‘creativo-destructor’ encontró en la necrosis del resto de los sectores de las economías nacionales nuevos focos de ‘plusvalía’: los buitres habían detectado la carroña. 

EL SAQUEO DEL PATRIMONIO PÚBLICO Y LA ESPECULACIÓN SOBRE LA ECONOMÍA NACIONAL TIENEN SOPORTE EN UNA RED DE PODER, UN ENTRAMADO DE RELACIONES EN EL QUE ESTADO Y GRANDES EMPRESAS SE CONFUNDEN

Su capacidad para influir queda fuera de toda duda recordando las amenazas de Blackstone al gobierno de Pedro Sánchez para que no regulara el alquiler. El propio Claudio Boada reprochó a la ministra de Economía, Nadia Calviño, que Blackstone había invertido hasta 25.000 millones de euros en España y que podría llegar a marcharse ante una legislación más restrictiva. Un consejo que la disciplinada ministra se tomaría muy en serio al retirar la propuesta de limitación de los precios del alquiler de los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a 2019. El martes 22 de enero, Podemos retiró su apoyo al Decreto sobre alquileres del Gobierno por considerar que este había cedido a las presiones de Blackstone para no regular los precios.

El expolio continúa. Los buitres han hecho negocios que hubieran sido imposibles sin la complicidad de determinadas élites políticas. El saqueo del patrimonio público y la especulación sobre la economía nacional tienen soporte en una red de poder, un entramado de relaciones en el que Estado y grandes empresas se confunden y se combinan gracias a acuerdos implícitos, puertas giratorias y comunión de intereses. Una estructura antidemocrática que difícilmente garantiza un horizonte económico estable y próspero para la mayoría.