La
publicidad inunda nuestras vidas, está presente prácticamente en todo
momento y lugar. Tanto si nos quedamos en casa, como si salimos a pasear
o viajamos, tendremos aquí, ahí y allá anuncios comerciales. En la
televisión, en el periódico, en internet, en las marquesinas del
autobús, en el propio autobús, en el metro, en los stands, en las
tiendas, en los edificios…, en prácticamente cualquier visión de 360
grados que hagamos los encontraremos.
La
publicidad comercial de nuestro mundo económico del capital aliena y
adoctrina a los seres humanos. Y lo hace en un grado tal y con unas
consecuencias tan nefastas para el desarrollo personal y social como
otro sistema económico y político nunca había logrado.