Este volumen recoge dos opúsculos deliciosos sobre la mentira y sus proverbiales vínculos con la política y los políticos. Pese a que fueron escritos en el siglo XVIII, en plena época de “las luces”, lo que Swift y Condorcet exponen en sus respectivos escritos no ha perdido un ápice de su vigencia, tal como lo demuestra la práctica de la política contemporánea.
Pues, como dice Swift en su acerado ensayo, “la mentira política es el arte de hacer creer al pueblo falsedades saludables y hacerlo a buen fin”.
“…a los gobiernos les interesa que no sepamos de ná, les resulta más sencillo a la hora de mentir…”. (Jambo Loco, La Excepción).
“…la mentira política es el arte de hacer creer al pueblo falsedades saludables…”. (Jonathan Swift).
Hay una cosa esencial que distingue a la mentira política: ha de ser efímera; le resulta imprescindible para poder ir ajustándose a las circunstancias, para avalar las dos partes en disputa, para adecuarse a todas las personas que ha de deslumbrar…
Considerando la natural propensión del hombre a mentir y de las muchedumbres a creer, confieso no saber cómo lidiar con esa máxima tan mentada que asegura que la verdad acaba imponiéndose…”.