Nació el 29 de abril de 1938 en Nueva York. Ganó fama como financiero y, gracias a su carisma, ideó una estafa piramidal de 50.000 millones de dólares
Es el mayor timo de la Historia cometido por una sola persona.
Bernard L. Madoff, de 70 años de edad, antiguo presidente del mercado neoyorkino Nasdaq entre 1990 y 1993 y uno de los mayores intermediarios (broker) de WallStreet, usaba un diminutivo para transmitir confianza a la gente, Bernie. Es sólo uno de los muchos trucos de pillo con los que consiguió construir una pirámide financiera que a lo largo de décadas se ha comido, según sus propios cálculos, 50.000 millones de dólares. Nada sofisticado. Tan de libro como sus métodos para romper la desconfianza de sus víctimas: prometía rentabilidades a los que le confiaban sus ahorros, que pagaba con los ingresos recaudados a nuevos incautos.
Madoff captaba a sus clientes con trucos de charlatán embaucador
Frío y calculador, pero educado, agradable y elegante, por dura que fuese la situación. Cinco características que repiten una y otra vez los que tuvieron la suerte de tratarlo. Una suerte que ahora maldicen, pero que hace apenas dos semanas bendecían, ya que sólo unos elegidos entre los elegidos por la fortuna de la riqueza, con al menos un millón de dólares disponible, eran aceptados en su restringido círculo de inversores. Ese era, quizá, el mejor de sus trucos de seductor. La gente llegaba a pagar cientos de miles de dólares por hacerse socio de los exclusivos clubs de campo (country clubs) a los que pertenecía Madoff, para poder acercase a él y confiarle los ahorros de toda una vida de trabajo