"El motor del desarrollo moderno son la ignorancia y el oscurantismo", lamenta la analista y empresaria rusa Tatiana Voyevódina.
Según la autora, la humanidad llegó al máximo de su capacidad científica y tecnológica en los años 60, después de lo cual no ha ocurrido nada radical en los ámbitos científico y tecnológico.
El capitalismo, según Voyevódina, ya no satisfacía nuevas necesidades, sino que las creaba para luego satisfacerlas "triunfalmente". Así, los operadores móviles crearon "la necesidad de charlar de forma continua por el teléfono"; las corporaciones farmacéuticas, la de consumir medicamentos; y los fabricantes de ropa, la de cambiar regularmente el vestuario.
Entonces, prosigue la analista, nació el marketing y su objetivo de crear "falsas necesidades" y hacer "que loinnecesario pareciera necesario" con el fin de venderlo.
Por otro lado, a fin de que la gente comprara todo lo que le querían vender, el pensamiento crítico y los "argumentos razonables fueron abolidos", y la "imposición de necesidades" pasó a realizarse en un nivel emocional.
Actualmente, "estamos ante el proceso de creación mundial de un consumidor ideal, totalmente desprovisto de la conciencia racional y el conocimiento científico sobre el mundo", denuncia la autora del artículo agregando que el papel principal en este proceso es desempeñado por la televisión y otros medios de comunicación de masas, que intentan simplificar al máximo los contenidos para 'criar' a un consumidor perfecto para el negocio.
En opinión de Voyevódina, "el oscurantismo y la ignorancia es el último refugio del capitalismo moderno", sin los que "el mercado moderno no puede existir".
Lo que ocurrirá en el futuro es difícil de predecir. "El capitalismo moderno, toda la civilización occidental moderna, no mira hacia adelante: solo le importa la expansión actual", que se logra a través del "atontamiento total de la población". (Ver gráfico ->)