Permítanme que les recomiende un libro. Se titula 'The Ideas Industry' y su autor es Daniel Drezner, profesor de Política internacional de la Fletcher School of Law y columnista de The Washington Post. Ha sido capaz de identificar una de las tendencias más presentes en el mundo del pensamiento y traducirla a palabras que todos podemos entender: los ricos están financiando una nueva clase de intelectual.
Esta reinvención del mundo del pensamiento también conlleva la reformulación de sus títulos. Ya no se habla de intelectual, que es algo desprestigiado, ese tipo de gente aburrida que nunca dice nada pragmático, sino de una denominación más atractiva: según Drezner, esta es la época del 'líder de pensamiento'.
Las charlas TED o el Aspen Ideas Festival les sirven para presentar sus ideas a los plutócratas, y estos presionan a los gobiernos para que las adopten.
Nada de pensar, sentir; nada de analizar, imaginar; nada de escepticismo, optimismo. Los 'líderes de pensamiento' crean buen rollo y venden fantasías.
La fantasía se sobreimpone a la realidad, y por eso el intelectual se ha convertido en incómodo. Su papel es débil, pero se trata de algo interesado.